miércoles, marzo 07, 2007

Federalism - Johnathan A. Rodden

  • Los problemas que enfrentan las nuevas teorías del federalismo son iguales a los que Montesquieu y Madison intentaban resolver: ¿cómo gobernar sobre grandes territorios? ¿Cómo administrar la recaudación fiscal federal? ¿Cómo introducir a los gobiernos federales en un sistema representativo y evitar la sobre representación?

  • El autor distingue dos enfoques teóricos para analizar los problemas del federalismo: el normativo y el positivo.

    Las teorías normativas señalan que el federalismo combina las ventajas de las pequeñas y grandes unidades de gobierno, pero enfrenta el problema de diseñar instituciones que eviten la centralización y la debilidad del Estado que contiene a un sistema basado en estos principios. Otras teorías señalan que el federalismo es el gobierno que puede sostener a grupos sociales diversos y que las instituciones para mantenerlo buscan el balance entre las fuerzas de esta sociedad plural. Desde la economía, el federalismo evita problemas por malas políticas fiscales, pero solo cuando ha resuelto problemas de estabilidad e incentivos.

    Las teorías positivas se basan en problemas electorales, de incentivos políticos y de agregación de preferencias para explicar a los sistemas fiscales, los sistemas electorales y la organización de los partidos políticos. Las teorías positivas buscan probar los argumentos de las normativas sobre los incentivos que llevan a mejorar la representación o la carga fiscal antes que aquellos que llevan al buen gobierno. Estas se basan en teorías de elección racional en las que las preferencias están constreñidas por la estructura constitucional de los estados en la federación. A pesar de su carga normativa, estas teorías buscan señalar los problemas en las instituciones fuera de las teorías de dictadores o rent- seekers.


    Contra las teorías del federalismo, está la teoría del Leviatán; el Estado centralista puede proveer mejores bienes públicos y maximizar la recaudación que los sistemas federales. Sin embargo, los estudios empíricos sustentan más las hipótesis de las teorías federalistas.

  • Deberíamos observar que:

    1. En las teorías normativas, el federalismo hace que los incentivos que los ciudadanos y los políticos tienen para mejorar la información y competencia sean iguales. Si la provisión de bienes públicos parte del nivel de gobierno más básico, el problema de la asignación puede resolverse por gobiernos locales que conocen las preferencias de los individuos. Si las unidades básicas de gobierno en los sistemas federales compiten como firmas, reflejarán las preferencias de sus habitantes en sus políticas públicas. El federalismo evita que se carguen más impuestos y exista sobre regulación a diferencia de las teorías que señalan que el centralismo maximiza la recaudación estatal.

    2. a) Según las teorías positivas, los estados participan en las negociaciones de los poderes si tienen capacidad de vetar o influir en las decisiones. Los estados buscan coaliciones legislativas que ayuden a perseguir sus fines en una negociación o los ayuden en elecciones posteriores antes que proveer bienes públicos. En la formación de estas coaliciones, los estados asignan recursos, de esto depende la distribución sesgada de bienes públicos, pero también de que los estados no conozcan las posibles coaliciones. Este es también un problema de agente-principal; los votantes delegan el gasto local en los gobiernos estatales:

    b) El problema de la soberanía dual en la recaudación es que el federalismo no recauda ni redistribuye verticalmente, sino por estructuras incompletas que delegan responsabilidades en la federación. La recaudación depende de los incentivos para la disciplina fiscal; cuando la federación asigna recursos locales, generalmente, no puede solventar sus crisis de deuda. Los gobiernos locales que deciden sobre los ingresos de la recaudación en la búsqueda de bienes públicos mientras que los gobiernos cuyos ingresos dependen del centro tienen a gastar en patronazgo y en proyectos de rent-seekers. Las reglas del federalismo fiscal dependen de las negociaciones de los estados con los poderes federales;

    c) Los problemas del federalismo con partidos políticos son sobre organización. Los sistemas de partidos descentralizados deberían promover un sistema federal balanceado. El problema es encontrar las instituciones para evitar el centralismo. Por otra parte, los partidos políticos nacionales deberían convencer a los políticos locales de depender en ellos para maximizar los intereses locales; también, los partidos nacionales pueden evitar externalidades locales y ayudar a negociar un sistema fiscal conjunto con la federación. La redistribución fiscal depende del sistema de partidos y patronazgo.

  • En América Latina, el apoyo a gobiernos locales parte de una estrategia para ganar puestos por que es más probable ganar en elecciones locales que en una única competencia central.

    Los períodos de crecimiento económico en sistemas federales dependen de entidades subnacionales que se autofinancian.

    Existe una correlación entre los límites a los poderes del gobierno central y la descentralización de los partidos políticos.

    En México, el PRI, en busca de un mercado nacional y en un sistema fiscal integrado, no está interesado en expropiar o centralizar los recursos de las organizaciones rurales, porque de ahí obtendrá recursos en el futuro.

  • Un nuevo campo de las teorías sobre las instituciones del federalismo es explicar cómo estas responden a los cambios que producen e incluir desarrollo económico en los modelos de votante mediano. Rodden señala tres preguntas: ¿cómo surgió la estructura de las federaciones? ¿Pueden cambiar los resultados de las instituciones federales? Y la pregunta que Riker planteó en los sesenta y que los estudios en federalismo no han resuelto: ¿cómo surgen los sistemas de partidos de los sistemas federales y cómo cambian los sistemas de partidos la centralización del gobierno?

  • Bibliografía

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Riker, W. 1964. Federalism: Origins, Operation and Significance. Boston: Little, Brown.

Triesman, D. 2000.
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