jueves, marzo 08, 2007

Cap. 26 Political Economy of Fiscal Institutions Jurgen Von Hagen

Political Economy of Fiscal Intitutions

El problema central en las finanzas públicas es que la gente recibe beneficios que son adquiridos con el dinero de todos, es decir, todos pagan los beneficios públicos de algunas personas.
Hay dos problemas principales a estudiar con respecto al tema de la distribución fiscal: el problema de agente- principal, y el “common-pool problem”. El primero se refiere a la capacidad de los gobernantes de obtener rentas de las finanzas públicas. Los políticos tienen acceso a los fondos públicos y pueden tomar ventaja de esto para beneficiarse a costa de la renta pública. Por lo tanto, la relación que hay entre agente-principal es asimétrica. El segundo problema se refiere al hecho de que los políticos hacen gasto público beneficiando a un sector específico de la población, aún cuando todos pagan este gasto público. Un ejemplo es el segundo piso de periférico, es mayor el grupo de personas que pagó esta obra al número de individuos beneficiados, por lo tanto, para muchos, este gasto es injusto. Muchos políticos que representan a un sector en específico buscan concentrar el gasto fiscal en estos sectores, con ello se incrementa el “pool-problem”, porque el gasto se destina a un núcleo de personas y no al conjunto de la población que pagó el gasto público.
Las transferencias del gobierno central a gobiernos locales implican que la región local se beneficia del gasto público que proviene de los impuestos de otras regiones.
Tanto el problema de agente-principal como el “pool-problem” pueden atenuarse si hay instituciones o reglas que los regulen. De hecho, hay tres instituciones fiscales que pueden regular ambos inconvenientes: reglas ex ante como constreñimientos o límites constitucionales al gasto público, reglas electorales como condicionadoras del gasto fiscal, y reglas que elaboran en presupuesto público.

Reglas ex ante
Son reglas que delimitan el gasto fiscal antes de que se realice éste. Generalmente estas reglas son impuestas a petición de ciudadanos inconformes con la forma en que se realiza el gasto fiscal, ya sea porque el país tiene déficit o porque no son beneficiados por dicho gasto, etc. Estas reglas también funcionan como un control a los gobernantes, porque los obliga a rendir cuentas sobre el gasto gubernamental. Si embargo, la evidencia empírica demuestra que estas reglas no son tan eficientes en la práctica como se pensaba. Un ejemplo de la ineficacia de dichas reglas es que los estados americanos dirigían más su gasto a aquellos aspectos que no estaban regulados por leyes ex ante que aquellos a los que sí lo estaban. También existen investigaciones que demuestran que aquellos estados sujetos a mayores constreñimientos legales para gastar los recursos públicos son más propensos a inestabilidad macroeconómica y a menos eficiencia fiscal.

Competencia política
Las reglas electorales permiten a los ciudadanos premiar o castigar a los gobernantes, dependiendo si desempeñaron un buen papel en el sector público o no. Sistemas con regla de mayoría tienden a beneficiar a grupos pequeños, como distritos electorales; en cambio, sistemas de representación proporcional tienden a enfocarse más a grupos grandes. Por lo tanto, sistemas de mayoría simple tienen un menor gasto público que sistemas de representación proporcional. No obstante, ambos sistemas políticos contribuyen con los problemas de agente-principal y “pool-problem”
Cuando hay reglas enfocadas a revisar el desempeño político de los gobernantes, se espera que el gasto público sea menor que si no las hubiera.
A mayor competencia política, menor es el gasto público, ya que los políticos en el poder van a buscar ser más eficientes gastando el dinero que se recauda así como trataran de tener una mejor situación financiera (no déficit, estabilidad macro-macroeconómica, etc.). La evidencia empírica refuerza estas hipótesis. Investigaciones concluyen que países con regla de mayoría tienen menores gobiernos que países con sistema de representación proporcional. También el gasto público de los países con regla de mayoría ha crecido menos que el gasto de los países con sistema de representación proporcional.

Centralización
Esto se refiere a un modo efectivo de realizar el gasto público. La centralización pude hacerse por dos vías: por delegación o por un contrato. En la primera, el ejecutivo designa a un funcionario para que se encargue de todas las cuestiones concernientes al gasto público, la segunda se refiere a constreñimientos presupuestarios que regulan el gasto gubernamental. La delegación ocurre más en gobiernos de una sólo partido y el contrato en gobiernos de coalición multipartidista. La lógica es que en gobiernos de un sólo partido es más fácil que el funcionario designado (generalmente es el ministro de finanzas) y el ejecutivo concuerden con la política a seguir, porque no hay grupo de oposición. Países con regla de mayoría optan más por la delegación y países de representación proporcional optan por contrato. Hay evidencia empírica que confirma estas hipótesis. Para empezar, gobiernos con centralización tienden a tener mayor disciplina fiscal y países con intensa competencia política tiende a tener instituciones que se encargan de regular y hacer más eficiente el gasto público.

Conclusiones
Las instituciones y el sistema electoral son fundamentales para resolver los problemas de distribución del gasto público. Cuando un país tiene instituciones que regulan la fiscalización y el gasto gubernamental, hay una mayor disciplina y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos, lo cual se traduce en equilibrio económico, estabilidad, equidad, etc.
También el sistema electoral es determinante en el funcionamiento del gasto gubernamental. A mayor competencia política, mayor responsabilidad en el gasto público y viceversa.

Bibliografía:

-Robert John Schier, A Reappraisal of the Concept, Potentialities, and Limitations of Fiscal Policy in the American Economy, The Journal of Finance (Marzo, 1954), pp. 62-63.

-Kontopoulos, Y., and Perotti, R. 1999. Government Fragmentation and fiscal policy outcomes: evidence from OECD countries, en Fiscal Institutions and fiscal Performance, Chicago: University of Chicago.

-Alberto Alesina; Roberto Perotti, Fiscal Discipline and the Budget Process, The American Economic Review (Mayo, 1996), pp. 401-407.

-Milesi Ferretti, G.M., Perotti, R., y Rostagno, M. 2002. Electoral systems and public spending. Quartely Journal of Economics, 117: 649-57.

-James M. Poterba, State Responses to Fiscal Crises: The Effects of Budgetary Institutions and Politics, The Journal of Political Economy (Agosto, 1994), pp. 799-821.

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