jueves, marzo 01, 2007

cap.2-Voters, candidate, and parties- Stephen Ansolabehere

Stephen Ansolabehere

1. El autor Ansolabehere afirma que la teoría económica de la democracia ha transformado la ciencia política y la economía, sin embargo argumenta que las implicaciones de la persecución racional del interés personal en la política lleva a resultados paradójicos o empíricamente falsificables.
2. Para hacer la crítica, el autor se basa en el modelo unidimensional así como en el teorema del votante mediano y adhiere cuatro características que le parece conveniente para enriquecer dichos modelos para generar una teoría económica de la democracia más poderosa y más general. En primer lugar el supuesto de que los individuos en la política maximizan su auto interés desemboca inmediatamente en dos paradojas; la abstención racional e ignorancia racional. Esto es, el beneficio marginal de votar y de estar informado para tomar la decisión correcta debe ser extremadamente bajo, mucho más bajo que el inconveniente de votar y de conocer acerca de asuntos políticos. A su vez, también replica que el modelo espacial en realidad no toma en cuenta varios aspectos sumamente importantes que el electorado sí toma en cuenta al votar. Arguye también que la predicción central del teorema espacial, del votante mediano, no se sostiene, puesto que los candidatos y los partidos generalmente no convergen en la política ideal del votante mediano. Y por último, dado que se supone que las personas se encuentran totalmente informadas, en realidad en ocasiones la falta de información sobre cuestiones políticas y opciones electorales tiene efecto en la ignorancia de las personas que toman decisiones en la política. Como primera característica el autor adhiere valence issues, es decir, asuntos en los que los electores convergen acerca de los atributos personales del candidato o su desempeño en el puesto político. La inclusión de esta variable puede capturar la valoración de la competencia de los candidatos, la integridad y su desempeño.
3, 4 y 5. Varios estudios empíricos han probado que en realidad los partidos toman posiciones divergentes y que ningún partido representa la política ideal del votante mediano. El reto es en este caso, sin embargo, encontrar los factores que explican la divergencia. Ansolabehere sugiere 4 posibles explicaciones: la primera, los valence issues los cuales producen un votante mediano divergente. A saber, cuando un candidato o partido espera tener un valence advantage, el candidato permanecerá en una posición divergente a través de la dimensión política. Como segundo factor el autor presenta la disputa política (contestation) en la cual supone la entrada de un tercer candidato para cambiar la lógica, lo que termina en divergencia. Si la entrada de un nuevo político es posible, entonces el candidato o partido entrante querrá competir en la elección. Como tercer factor se encuentra las preferencias del candidato, esto es, si el candidato tiene preferencias políticas y busca el puesto político para que se cumplan dichas políticas, entonces los candidatos divergirán. Por último el autor señala como último factor la plataforma de opciones de los partidos políticos y refuta el supuesto de Downs acerca de que los partidos políticos tienen una meta en común y los mismos intereses. Ansolabehere argumenta que dentro del mismo partido los políticos no tienen intereses idénticos. Entonces, tomar decisiones colectivas dentro de los partidos donde hay conflictos de interés llevará a la predicción de políticas divergentes.
Con el fin de tener elecciones significativas las personas deben votar y entender las opciones que enfrentan. Los ciudadanos egoístas toman decisiones electorales y llevan a cabo acciones para maximizar los beneficios esperados de una acción dada. No obstante, maximizar la utilidad en el entorno electoral lleva a la conclusión de que las personas deberían de votar de manera poco frecuente. No es una estrategia óptima dedicarle tiempo y esfuerzo considerable a aprender los detalles de las opciones políticas presentadas por los candidatos y partidos competidores. De acuerdo al autor y siguiendo esta lógica, es racional ser políticamente ignorante. Maximizar la utilidad implica que los individuos aporten pequeñas cantidades de dinero a campañas políticas y tomen poco tiempo atendiendo asuntos políticos.
En resumen, las predicciones empíricas básicas de la alta abstención electoral y la competencia sugieren que la teoría económica de la democracia debería ser rechazada empíricamente. Existen ciertos factores que dichas teorías aún no han logrado explicar. Los supuestos no demuestran quienes votan y quienes no; y tampoco predicen lo que las personas harán una vez estando en las urnas. Los electores no optimizan la utilidad esperada, ellos simplemente consumen basados en la proximidad de sus opciones. La respuesta a la paradoja de la ignorancia racional y la abstención racional se basa en repensar los cálculos individuales.
La mayoría de las personas no saben mucho de la política y de las políticas públicas, incluso si las políticas los afectan de manera directa. Sin embargo, de alguna manera las personas pueden formar opiniones y tomar decisiones autónomas; generalmente es se piensa que las políticas conducen la opinión pública. La comunicación política generalmente refuerza la predisposición individual que convertir nuevas formas de pensar. El votante racional puede fácilmente inferir como los políticos van a votar en la mayoría de los asuntos políticos simplemente sabiendo la procedencia del partido político. Al final la ignorancia racional de los individuos puede no ser un problema para la democracia después de todo.

6.

Downs, A. 1957. An Economic Theory of Democracy. New York: Harper and Row.

Gerber, A. 1999. Racional votes, candidate spending, and incomplete information. Working paper, Department of Political Science, Yale University.

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