miércoles, marzo 07, 2007

“17.- Self-Enforcing Democracy- Adam Przeworski”

El autor introduce el texto señalando que la democracia se caracteriza por:

1.-Intereses o valores en conflicto.

2.-La autorización para gobernar se deriva de elecciones.

3.-La democracia es un equilibrio cuando los ganadores y perdedores obedecen las reglas.

4.-La democracia funciona bajo un sistema de reglas que permite conductas que de otra manera no se llevarían a cabo.


El autor se pregunta: ¿Bajo qué condiciones se mantiene este sistema?


-A principios del siglo XIX, los conservadores y los socialistas estaban de acuerdo en que la democracia, específicamente, el sufragio universal, era una amenaza para la propiedad. Algunos exponentes de esta corriente: Madison, Mackintosh, Maculay y Marx.

-Los enfoques modernos señalan hacia la misma dirección. Partiendo del modelo del votante mediano puede ordenarse a los individuos de los más pobres a los más ricos. Los individuos votan por las tasas de impuestos que se adoptarán. Esto constituye el ingreso que será redistribuido entre todos los individuos o gastado en bienes públicos. Entonces, la tasa de recaudación constituye la magnitud de la redistribución.

-Si el ingreso del votante mediano, que es aquel con el ingreso mediano, es menor que el de la media, el equilibrio de la votación de la mayoría estará asociado con un alto grado de ingresos post-fisc, es decir, impuestos y transferencias. La gente espera que la democracia lleve consigo igualdad social y económica.

-Los hechos dicen que la probabilidad de que la democracia sobreviva aumenta notoriamente cuando lo hace el ingreso per cápita. La evidencia señala que ninguna democracia con un ingreso mayor a $6,055 ha caído. En cambio en países más pobres, setenta democracias han fracasado. La pregunta siguiente sería: ¿por qué el ingreso es tan importante para la estabilidad de la democracia, independientemente de lo demás?

Przeworski responde que la democracia se conservará cuando el resultado de las elecciones (en cuanto a la recaudación y la redistribución) deja a ricos y pobres al menos en las mismas condiciones que ellos esperarían si pudieran implantar su dictadura.

-Las democracias sobreviven en países ricos. Cuando un país es suficientemente rico, el aumento potencial del ingreso que resultaría de establecer una dictadura no vale lo suficiente como para sacrificar la libertad.

-Los modelos concluyen que cada país tiene un umbral de ingreso, sobre el cual la democracia puede sobrevivir. Este umbral es más bajo cuando la distribución inicial de ingreso es más equitativa y cuando no hay tendencia hacia la revolución. Si la distribución es suficientemente igualitaria y las fuerzas militares están equilibradas, la democracia sobrevive, incluso en países pobres. En cambio, en países pobres y desiguales, la democracia no puede sobrevivir. Mientras el ingreso aumenta, los ricos toleran cada vez más la redistribución y los pobres menos.

-Lo que importa no es la tasa de crecimiento per se sino el impacto de crisis económicas en el ingreso per cápita. Las crisis económicas importan cuando provocan el paso de un punto superior al umbral a uno inferior. Como evidencia, el autor presenta el caso de Trinidad y Tobago entre 1981 y 1990, años durante los cuales el ingreso disminuyó 34% pero nunca bajó de $7,769, el resultado: la democracia sobrevivió. El caso contrario es le de Venezuela, el ingreso disminuyó hasta $6,172 en 1999. En este país emergieron fuerzas anti-democráticas.

-La democracia sólo sobrevive cuando la redistribución del ingreso permanece dentro de los límites que la hacen suficiente para los pobres y no excesiva para los ricos. En países suficientemente ricos la democracia sobrevive cuando la redistribución es amplia y cuando es limitada. En países pobres en los cuales la democracia se fortalece, las tasas de recaudación responden a los constreñimientos de rebelión de pobres y ricos, mientras que en naciones ricas, la pista la marcan los constreñimientos electorales.

-Las Constituciones no son suficientes ni necesarias para que una democracia sobreviva. Acordar reglas no implica que éstas se cumplan. Lo que hace que una democracia sea moderada es la existencia de constreñimientos endógenos y no de reglas exógenas. Estos constreñimientos endógenos pueden ser electorales o revolucionarios.

-La pregunta es: si las reglas escritas no incentivan a los actores políticos a moderarse, entonces, ¿por qué se hacen las Constituciones? Hardin responde que las Constituciones son útiles para la coordinación de perdedores electorales.

Rabushka, Shepsle y Horowitz plantean la hipótesis de que entre menos grupos étnicos existan, el poder lo retendrá el que sea mayoritario, siempre y cuando el grupo vote unificadamente. Se espera que la democracia sea más estable en los países con un grupo étnico mayoritario. La probabilidad de que la democracia fracase cae al mismo tiempo que el tamaño del grupo étnico aumenta relativamente.

Se esperaría que al aumentar el tamaño del grupo étnico, también lo hiciera la porción del voto de ese grupo, sin embargo, la pendiente de la regresión lineal es igual a cero. Intuitivamente, entre más crece el grupo, más difícil es mantenerlo unido.

En países avanzados, la democracia se considera dada por hecho (cultura democrática). Sin embargo, esto no implica que no se mantenga por cálculos de intereses. La evidencia empírica no respalda la teoría de la cultura democrática como origen de la conservación del sistema.


Bibliografía:

Calvert, R. 1994. “Racional actors, equilibrium and social institutions.” In Explaining Social Institutions, ed. J. Knight and I. Sened. Ann Arbor: University of Michigan Press.

Hardin, R. 2003. Liberalism, Constitutionalism and Democracy. New York: Oxford University Press.

Przeworski, A.1991. Democracy and the Market: Political and Economic Reforms in Eastern Europe and Latin America. New York: Cambridge University Press.

Przeworski, A. 2003. “Freedom to choose and democracy.” Economics and Philosophy, 19: 265-80.

Przeworski, A. 2005. “Democracy as an equilibrium.” Public Choice, 123: 253-73.

Weingast, B. R. 1997. “Political foundations of democracy and the rule of law.” American Political Science Review, 91: 245-63.

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