Jacaranda María Pérez Martínez
Jorge Meade
1. Ansolabehere, Stephen and Shanto, Iyengar, Going Negative: How Political Advertisements Shrink and Polarize the Electorate, New York: Free Press, 1996. Los autores realizan un estudio minucioso en Estados Unidos que incluye la competencia por la presidencia, gubernatura y asientos en el congreso. Sus resultados, basados en experimentos en laboratorio y estudios empíricos sostienen que, tal como la teoría lo predice, las campañas negativas desincentivan el voto. Al mismo tiempo, este tipo de estrategias funcionan mejor que las campañas positivas, es decir, no agregan más votos a favor del atacante sino que disuaden el voto flotante que se encontraba a favor del atacado. El estudio va más allá y muestra cómo las campañas negativas funcionan mejor para hombres que para mujeres así como para republicanos que para demócratas. Esto último agrega una resultado muy importante acerca del efecto de este tipo de campañas dependiendo del sexo y afiliación política del atacante y del votante.
2. Ansolabehere, Stephen D.,Shanto Iyengar and Simon, Adam, “Replicating Experiments Using Aggregate and Survey Data: The Case of Negative Advertising and Turnout”, The American Political Science Review, Vol. 93, No. 4., 1999.
Stable URL: http://links.jstor.org/sici?sici=0003-0554%28199912%2993%3A4%3C901%3AREUAAS%3E2.0.CO%3B2-S
3. Finkel, Steven E. and Geer, John G., “A Spot Check: Casting Doubt on the Demobilizing Effect of Attack Advertising”, American Journal of Political Science, Vol. 42, No. 2., 1998.
URL: http://links.jstor.org/sici?sici=0092-5853%28199804%2942%3A2%3C573%3AASCCDO%3E2.0.CO%3B2-Z
4. Harrington Jr, J.E., Hess F. D., “A Spatial Theory of Positive and Negative Campaigning”, Games and Economic Behavior, Vol. 17 No. 2, 1996.
5. Johnson-Cartee, Karen S. and Copeland, Gary A., Manipulation of the American Voter, Connecticut: Preager, 1997.
A partir de un estudio realizado en Estados Unidos, este libro analiza las distintas variantes de cada tipo de campaña que han surgido en los últimos años y muestra ejemplos claros. Así mismo, los autores estudian las distintas estrategias que los partidos utilizan en cada campaña y los efectos que han obtenido. En el caso de campañas negativas no sólo se realizan los estudios arriba mencionados sino que incluye un capítulo que explica las contra estrategias de los candidatos que son atacados. Finalmente se hace un análisis profundo del papel que tiene la televisión como principal difusor de las campañas negativas y se encuentra que, sin este medio dichas campañas no tendrían el mismo efecto. Cabe señalar que durante todo el libro se hace un análisis psicológico del efecto de la publicidad y las campañas en el electorado así como de los candidatos.
6. Kahn, Kim Fridkin and Kenney, Patrick J., “Do Negative Campaigns Mobilize or Suppress Turnout? Clarifying the Relationship between Negativity and Participation”, The American Political Science Review, Vol. 93, No. 4, 1999.
Stable URL: http://links.jstor.org/sici?sici=0003-0554%28199912%2993%3A4%3C877%3ADNCMOS%3E2.0.CO%3B2-V
7. Lau, Richard R.; Sigelman, Lee; Heldman, Caroline and Babbitt, Paul, “The Effects of Negative Political Advertisements: A Meta-Analytic Assessment”, The American Political Science Review, Vol. 93, No. 4, 1999.
Stable URL: http://links.jstor.org/sici?sici=0003-0554%28199912%2993%3A4%3C851%3ATEONPA%3E2.0.CO%3B2-I
Los autores realizan un estudio empírico en el cual llegan a la conclusión de que las campañas negativas no tienen un mejor o peor efecto que las campañas positivas. Si esto es así, ¿porqué se han estudiado ampliamente y porqué los candidatos recurren a ellas? La respuesta es sencilla: cuando las preferencias tienen un pequeño margen de diferencia, cualquier táctica es buena con tal de ganar votos o hacer que el oponente los pierda. Los autores llegan a la conclusión de que es poco lo que se puede asegurar acerca de los efectos de las campañas negativas en la decisión de votar o no votar de los ciudadanos. Para realizar el análisis empírico, los autores hicieron uso de bases de datos creadas por otros autores.
8. Mayer, William G., “In Defense of Negative Campaigning”, Political Science Quarterly, Vol. 111, No. 3, 1996.
URL:http://links.jstor.org/sici?sici=0032-3195%28199623%29111%3A3%3C437%3AIDONC%3E2.0.CO%3B2-Q
Como el título lo anuncia, este artículo realza los beneficios de las campañas negativas. La principal aportación que de este tipo de campañas es información. Durante la batalla por obtener el puesto, los candidatos proveen información al electorado que de otra forma no obtendrían. Gracias a este tipo de campaña el buen o mal desempeño del candidato si es incumbent es expuesto ante todos los votantes, entonces la información se convierte en un bien público y deja de estar reservado para los votantes sofisticados. El autor también señala el importante papel que tienen los medios en el estricto escrutinio de los candidatos y el seguimiento de las campañas. No obstante, a pesar de los beneficios de estas campañas, es necesario que los políticos y votantes sepan discernir entre las campañas negativas útiles y aquellas que sólo se enfocan al ataque incisivo e injustificado de candidatos.
9. Sigelman, Lee and Kugler, Mark, “Why Is Research on the Effects of Negative Campaigning So Inconclusive? Understanding Citizens’ Perceptions of Negativity”, Journal of Politics, Vol. 65 No. 1, 2003
URL:http://www.swetswise.com/swetsfo/swproxy?url=http%3A%2F%2Fwww.blackwell-synergy.com%2Fdoi%2Fpdf%2F10.1111%2F1468-2508.t01-1-00007&ts=1146786687409&cs=4265960530.
10. Skaperdas, Stergios and Grofman, Bernard, “Modeling Negative Campaigning”, American Political Science Review, vol. 89 no. 1, marzo 1995.
URL:http://links.jstor.org/sici?sici=0003-0554%28199503%2989%3A1%3C49%3AMNC%3E2.0.CO%3B2-2
11. Thurber, James A.; Nelson, Candice J.; and Dulio, David A., (eds.), Crowded Airwaves. Campaing Advertising in Elections, Washington: Brooking Institution Press, 2000.
El libro comienza describiendo los distintos tipos de campañas: informativas, positivas (lo que nosotros conocemos como persuasivas) y negativas. La importancia de estudiar las campañas radica en el impacto que éstas tienen en el electorado; es por ello que este libro trata un capítulo a los intentos que realizados para medirlo. Así como las investigaciones acerca de este tema arrojan resultados interesantes, los políticos cambian sus estrategias de acuerdo a éstos y generan variantes de cada tipo de campaña y recurren más ellas. Finalmente el libro analiza porqué las campañas importan y el efecto que tienen en la memoria colectiva del electorado.
12. Wattenberg, Martin P. and Craig, Leonard Brians, “Negative Campaign Advertising: Demobilizer or Mobilizer?”, Department of Politics and Society University of California, Irvine, 1996.
URL: http://www.sscnet.ucla.edu/issr/crisp/may14.pdf
En este artículo los autores rechazan las conclusiones de Ansolabehere y critican la realización de su análisis. Con los datos del National Election Studies realizan un análisis empírico más actualizado y amplio cuyos resultados reportan que las campañas negativas funcionan en beneficio del atacante y proveen información útil para los votantes. Gracias a estas campañas se promueve la participación electoral e incentiva a votar a los individuos menos informados y que de no existir este tipo de campañas no votarían. El estudio se realiza con datos de Estados Unidos sobre la elección de senadores. Entre los resultados más interesantes se encuentra que el índice de participación de aquellos que recordaban el uso de campañas negativas fue 82% mientras que para los que no recordaban fue del 76%. Así mismo, cuando se pregunta en la encuesta si hubo mayor o menor eficacia política en las campañas, aquellos que recordaban las campañas negativas consideraron que había mayor eficacia. Este artículo, aunque muy breve provee de datos interesantes para nuestro trabajo.
jueves, mayo 04, 2006
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