jueves, mayo 24, 2007

RL2.- Political Capital, Unions and State/Educación y Sindicatos

Political Capital, Teachers' Unions and the State: Value Conflicts and Collaborative Strategies in Educational Reform in the United States, Canada, Japan, Korea, Mexico and Argentina.
Carlos Alberto Torres, Seewha Cho, Jerry Kachur, Aurora Loyo, Marcela Mollis, Akio Nagao y Julie Thompson.

Pacific Basin Research Center-Soka University, Pacific Rim Center of the University of California and Spencer Foundation, 2000.

Este artículo no se trata de un estudio empírico. Fue elegido como una de las prinicpales fuentes bibliográficas para el proyecto de investigación porque constituye un acercamiento teórico bastante integral. Para ejemplificar las hipótesis propuestas, los autores describen algunos casos de estudio, sin que esto implique contar con un conjunto definido de variables medibles.

La pregunta general que plantean los autores es: ¿Qué factores (V.I.) determinan la posición que asumen los profesores y los sindicatos frente a posibles reformas del sistema educativo (V.D.)? Los autores afirman que la aceptación de las reformas depende del posicionamiento en dos dimensiones: centralización-descentralización de los sindicatos y publicidad-privatización de las escuelas. La posición que asuman en cada eje está en función de la decisión de desarrollarse como profesionistas o como trabajadores.

Por un lado, si los profesores se perciben como profesionistas, estarán a favor de acciones descentralizadas, que otorguen autonomía para desenvolverse profesionalmente sin tener que someterse a la rígida agenda nacional que, tal vez, no se adapte a las necesidades de los educandos. Por otro lado, si los profesores se perciben como trabajadores, estarán en contra de la descentralización. Si el sindicato se divide, su posición de negociador empeora por problemas de coordinación y puede ser que se alcancen mejores resultados sólo en algunos estados.

Los autores señalan que, además de las divisiones anteriormente mencionadas, existen otros factores que diferencian a los sistemas educativos y, por lo tanto, sindicales. Algunos de ellos son: que el sistema educativo se regule nacional o localmente, la adopción del modelo neorealista, basado en la reivindicación del sector magisterial, el papel de las mujeres en el liderazgo del sector magisterial y la relación Estado-Sindicato.

Para ejemplificar un caso en el cual se creó un sistema de incentivos para hacer eficiente la labor magisterial, los autores describen la situación Canadiense. México es utilizado como un caso en el cual los sindicatos eran una fuente de capital político durante la época del monopolio priista. El problema surgió cuando llegó la ola de democratización y los sindicatos magisteriales ya no fueron vistos como uno de los pilares para el gobierno en turno. Un caso contrario es el de Corea, en el cual, el sindicato magisterial fue ilegal y reprimido hasta 1999. Fue a partir de ese año que comenzó la cooperación entre el estado y el sindicato. Argentina es citada como un caso en el cual la participación de las mujeres resultó indispensable para la consolidadión y el liderazgo del sector magisterial.

El principal problema del artículo es que debido a que es un texto que pretende hacer un acercamiento teórico general, no profundiza en algún punto específico. Esto se aprecia claramente en la ausencia de pruebas empíricas de las hipótesis planteadas. Tal vez, a pesar de que se mantuviera el enfoque general, los autores puedieron haber evaluado someramente las mismas variables en todos los casos de estudio. Sólo en los casos de México y Corea es posible hacer una breve comparación. Los demás casos no son comparables porque en cada uno se analizan variables distintas. A pesar de la falta de argumentos empíricos medibles, el artículo logra dar una perspectiva global del conflicto, de la cual puede partirse para estudios más específicos.

Respecto a las fuentes de información, no existe una base de datos pues la información es más bien teórica, por lo tanto, lo más sensato es señalar como fuente la bibliografía del artículo. No tiene sentido anexar la lista en este reporte, sin embargo, se encuentra disponible en la liga incluída en el título del artículo.
Oscar Gómez Basurto
Lizette González Barba

4 comentarios:

JuanYairMartínezSantoyo dijo...

Los autores describen un estudio de caso; su crítica se centra en la incongruencia entre los ejemplos y la falta de un criterio para la comparación. Parece una buena crítica; sin embargo, parece un poco difusa porque no va a lógica de lo argumentos como a la estrategia empírica. No señala por qué los enfoques teóricos son discutibles o las deficiencias de los principales argumentos en la literatura. El artículo parece útil para su tema porque toma un enfoque del sector magisterial basado en los cambios políticos; la regulación al respecto no cambia, pero altera los incentivos de los profesores bajo un nuevo arreglo de costos. Va junto con la lectura de Navia y Velasco: las reformas de segunda generación no siempre dependen de los outcomes de las primeras reformas, como apertura del sistema político, y dependen, más bien, de crisis cuando las reglas ya son muy costosas para adoptarlas; aún conviene a los profesores mantener su posición en alguna dimensión de las mencionadas en la crítica.

Alfredo Montufar-Helu dijo...

Su reporte de lectura es bastente bueno. Pienso que las únicas cosas criticables son las sigueintes. En primera, su crítica no está, en mi opinión, correctamente enfocada. Pues le critican a un paper teórico que no tenga evidencia empírica; hubiera sido mejor que contrastaran sus propias visiones o las de otros autores con lo que pensaba el autor del paper. En segunda, ustedes no explican la dimensión público-privado. ¿Quienes se sienten más profesionistas: los públicos o los privados? ¿Quienes de estos se espera que están sindicalizados? Puede ser que este sentimiento de público o privado esté altamente relacionado con el nivel en que los profesores trabajan: universitario, preparatoria, secundaria, primaria. Ustedes ¿cuál van a estudiar? Así pues, ¿les sigue siendo de suficiente utilidad como para que constituya un background teórico de su proyecto?

Mónica L. Caudillo dijo...

La investigación que reportan se enfoca en una de las hipótesis propuestas en su abstract, que sostenía que el mecanismo causal entre la actividad sindical y su efecto en el desempeño educativo de los alumnos era la aceptación u obstaculización de reformas educativas. Dado que este enfoque ya es muy amplio y rico por sí, yo recomendaría dejar de lado la hipótesis alternativa de que es el tiempo invertido en la actividad sindical lo que impacta negativamente en el desempeño del alumnado. Así, su investigación respondería "¿Qué determina la actitud sindical hacia las reformas educativas?", tomando en cuenta algunas de las variables propuestas por Torres & compañía, y/o "¿Cuál es el efecto de la actitud sindical hacia las reformas educativas sobre el desempeño estudiantil?" En este último caso, sus variables independientes pueden centrarse en los efectos de los cambios o no cambios al sistema educativo defendidos por los sindicatos magisteriales sobre el desempeño de los niños.

Luis Gimenez Cacho dijo...

Me parece muy importante este reporte de lectura pues siento que responde a varias carencias de su trabajo que no había sido del todo especificadas con anterioridad.
Creo que es muy bueno que utilicen y analicen con seriedad un marco teórico de la situación de los sindicatos magisteriales, pues esto ayudará a aclarar las hipótesis de su trabajo que, en mi opinión, estaban poco sustentadas. Hay que recordar que una regresión son sólo números, sin una hipótesis plausible y un mecanismo causal bien explicado los resultados de una regresión no sirven de nada.
Concuerdo con Alfredo en que les faltó comentar algo más de la diferenciación entre educación pública y privada, pues no se sabe cuáles pueden ser las diferencias entre las actitudes de los maestros en estos dos contextos diferentes.
También creo este marco teórico les puede ayudar a discutir por qué un sindicato magisterial se puede oponer o no a las reformas educativas, como lo dice Mónica. Sin embargo, me parece que hay que entender que no necesariamente cualquier reforma educativa produce buenos resultados. A veces la oposición de los maestros puede ser justificada más allá de una simple cuestión de lucha de poder.