jueves, mayo 17, 2007

RL1 Gastos de campaña y eleccion de senadores

Grier, Kevin. “Campaign spending and Senate elections, 1978-84”, Public Choice, Vol. 63, No. 3 / Diciembre, 1989.


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La pregunta de investigación es ¿cuál es el impacto de los gastos de campaña en el porcentaje de votos obtenidos por los senadores que se reeligen? Según el autor, la literatura previa había mostrado que no existía un efecto significativo. El autor reporta resultados mostrando que el gasto de los senadores que buscan la reelección tiene un efecto positivo y significativo sobre su porcentaje de votos obtenido. Asimismo, el autor reporta que el gasto de campaña del retador es más productivo a niveles bajos, y que los senadores que buscan la reelección pueden gastar mayores cantidades de manera más rentable. Dichos resultados están de acuerdo con el contenido de la clase: se espera que conforme un retador aumente sus gastos agote su capital político y llegue al límite de la estructura de su curva de gasto.

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La variable dependiente es el porcentaje de voto obtenido por los senadores reelectos. Para medirla, se basaron en los resultados de 135 elecciones individuales de senadores entre 1978 y 1984.


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La variable independiente más importante es el gasto de campaña per capita, obtenida a partir del gasto de campaña de cada candidato a senador dividido entre la población del estado en edad de votar. La variable de control más importante es: el porcentaje de voto obtenido por el senador reelecto en la elección pasada. Otra variable importante es una variable dicotómica que adopta el valor de 1 si hubo un escándalo en su período, 0 si no. Otras variables como afiliación partidista y número de años en el servicio legislativo también se utilizan, pero fueron descartadas porque no resultaron significativas.

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Gasto de campaña: Almanac of American Politics.
Porcentaje de voto: Congressional Quarterly Almanac.

Población por estado: Statistical Abstract for the US.

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Los autores utilizan el gasto de campaña per capita como principal variable independiente. Sin embargo, lo hacen a partir de toda la población en edad de votar y merecer, es decir, todos los votantes potenciales: tanto de aquellos a los que les importa la política como aquellos a los que no. Una idea que surge para nuestro trabajo es que en vez de dividir el gasto de campaña por la población del estado en edad de votar, lo dividiríamos, no entre los miembros del padrón electoral que son los votantes potenciales (que igual y tienen credencial de elector porque se las piden en el banco y no porque les interesa votar), sino entre el número total de votos emitidos al día de la elección, o sea los votantes efectivos. Es decir, mediríamos el efecto de los gastos de campaña sobre aquellos en quienes realmente importa: el elector que votó y pudo haber cambiado su decisión en la urna.
Otro punto importante fue que hayan hecho una transformación logarítmica y cuadrática sobre su variable dependiente. De esta manera capturaron el efecto de los retornos decrecientes o negativos del gasto de campaña que el marco teórico prescribe. No obstante, una duda que persiste es ¿qué base logarítmica es más recomendable? Es decir, ¿qué criterio debemos seguir para decidir hasta qué punto una curva de gastos de campaña es más o menos decreciente que otra?

Nota: El paper es anterior a 1995 pero la literatura lo menciona como el trabajo a partir del cual los demás parten para el caso específico de los gastos de candidatos a senador en Estados Unidos. De igual manera, sabemos que no habla del caso mexicano (eso lo hacemos nosotros) y no hemos encontrado un trabajo similar, al menos para el caso concreto del senado mexicano.

5 comentarios:

Mariano Sánchez Talanquer dijo...

Me parece que el punto débil de su reporte está en las críticas al paper. Señalan que el autor toma en cuenta a todos los votantes potenciales para calcular la variable independiente, y que eso puede ser cuestionable. Según su punto, el gasto de campaña debería dividirse sólo enntre los que efectivamente acuden a votar. El problema que veo es que ir o no a votar también es una decisión importante, y los políticos gastan en campaña también para convencer a la gente de ir a votar.Si quieren ver el efecto en el número de votos del gasto de campaña yo creo que sí deben considerar a todo el padrón. Si están midiendo el efecto del gasto sobre el número de votos que recibes, piensen esto: algunos fueron a votar por tu contrincante, o sea que tu campaña no sirvió sobre esos. Pero tampoco convenciste de votar por ti a los que decidieron no votar. El número de votos que no recibes, es decir, sobre los que tu campaña no sirvió, viene de los que votaron por tus oponentes, pero también por los que no asistieron.

Constanza Mier y Teran dijo...

¿En que se basan para decir que el gasto de campaña per capita debe considerar sólo a quienes votan y no a los votantes potenciales? No le veo mucho sentido. Es posible que la publicidad también influya en la decisión del voto y si proceden de esta forma estarían ignorando esto. Sería bueno que pusieran sus argumentos en la crítica, pues de lo contrario no se entiende por que llegan a esta conclusión.

Marcelina Valdés S. dijo...

Creo que el artículo que eligieron representa bien el tipo de trabajo que quieren realizar a pesar de que este caso se refiere sólo a senadores que buscan reelegirse. No estoy de acuerdo en que consideren medir el gasto de campaña per capita incluyendo solamente a los votantes efectivos y no a los potenciales, me parece que es un error porque parte del éxito de las campañas es crear incentivos para que los ciudadanos decidan acudir a votar, dichos incentivos pueden ser campañas diferenciadas dónde el elector percibe que es importante cuál de los candidatos es el ganador, es decir, la elección de un funcionario en lugar de otro tiene repercusiones relevantes sobre los intereses del elector. Las campañas electorales tienen un efecto sobre la decisión de votar de las personas, si omiten a los votantes potenciales están considerando que los que se abstuvieron tomaron esa decisión antes de las campañas y eso no va de acuerdo con la realidad.

Rebeca Romo dijo...

Como ese paper es parte de la literatura básica del tema, creo que su crítica es muy limitada. Como uno de los estudios base, sus errores de medición, tamaño de la N, elección de casos etc. se presta para sacar mucho más provecho de los posibles errores que alguien que estudia este tema puede cometer. Lo que señalan de la variable independiente es relevante y es buena idea lo que ustedes proponen para corregir, existe mucha literatura también básica que corrige este problema más o menos como planean hacerlo ustedes. Les recomiendo que le echen un ojo a The Mismeasure of Campaign Spending: Evidence from the 1990 U.S. House Elections y a Estimating the Effect of Campaign Spending on Senate Election Outcomes Using Instrumental Variables de Alan Gerber.

Angel Candia dijo...

Hola! Tengo una crítica principal. Me parece que coincide con la mayoría de las críticas de mis compañeros a su trabajo. Al final de su reporte de lectura señalan:

"Es decir, mediríamos el efecto de los gastos de campaña sobre aquellos en quienes realmente importa: el elector que votó y pudo haber cambiado su decisión en la urna."

¿De donde salió esto? Según quién sólo el que sale a votar es el que cambió su decisión. Que pasó con aquel que el mero día dijo: "NI MAÍZ! A la fregada con el peje y calderon? No me importa!" o que pasó con aquel que desde el principio sabría que no votaría el día de las elecciones? Me parece que incluso resulta mucho, pero mucho más importante enfocar las campañas a aquellas personas INDECISAS, no sólo en cuanto a postura política o ideológica sino que están simplemente de VALEGORRISTAS (por no decir otra cosa).

El objetivo de las campañas, me parece, es convencer a los que de entrada NO ESTÁN DE TU LADO, sea por X o por Y. Además, por supuesto, de reforzar el apoyo que ya tienes. No entiendo como su medición puede resultar mejor excluyendo a un porcentaje enorme de la población que no sale a votar. ¿Tienen algún sustento teórico para llegar a esta conclusión? O fue na mas por que si...?