Isaak Pacheco y César Aguilar
En este trabajo pretendemos analizar específicamente las causas que han impedido que las reformas energéticas se lleven a cabo en nuestro país.
La tesis principal de esta investigación sostiene que la principal razón por la que no se aprobaron dichas reformas fue porque el Presidente Fox no pudo explicar a los ciudadanos comunes y corrientes, que estaba en su propio interés apoyar la aplicación de las mismas. Si Fox lo hubiese logrado, habría obtenido el apoyo popular suficiente para respaldar sus reformas y no hubiese enfrentado obstáculos tan grandes en el Congreso.
Conviene recordar que los elementos consustanciales de dichas reformas tampoco se expresaron durante la plataforma electoral que sustentó la candidatura del actual presidente y en consecuencia desde su gestión las propuestas de reforma carecieron de una base social o de una masa crítica integrada con opiniones calificadas que las promovieran. De alguna manera, sus propuestas de reforma parecieron improvisadas, espontáneas o que se originaron por las múltiples presiones internacionales.
Al hacer memoria sobre la iniciativa de reforma al sector eléctrico, avanzada en 1999 por el entonces Presidente Zedillo, recordamos que esta fue rechazada en los ámbitos parlamentarios a causa de una postura fragmentada de su partido y por una oposición casi unánime de los diputados del PAN. Menos de dos años después, diseñada básicamente con los mismos elementos que la antecedente y esta vez apoyada incondicionalmente por su partido y sus diputados en el Congreso, la iniciativa del presidente Fox tampoco logró la aprobación. Todo indica que tal propuesta, la cual presuntamente contiene algunas expresiones de su política energética en materia de electricidad, tampoco podrá aplicarse en el tiempo que resta de su mandato.
En este trabajo pretendemos analizar específicamente las causas que han impedido que las reformas energéticas se lleven a cabo en nuestro país.
La tesis principal de esta investigación sostiene que la principal razón por la que no se aprobaron dichas reformas fue porque el Presidente Fox no pudo explicar a los ciudadanos comunes y corrientes, que estaba en su propio interés apoyar la aplicación de las mismas. Si Fox lo hubiese logrado, habría obtenido el apoyo popular suficiente para respaldar sus reformas y no hubiese enfrentado obstáculos tan grandes en el Congreso.
Conviene recordar que los elementos consustanciales de dichas reformas tampoco se expresaron durante la plataforma electoral que sustentó la candidatura del actual presidente y en consecuencia desde su gestión las propuestas de reforma carecieron de una base social o de una masa crítica integrada con opiniones calificadas que las promovieran. De alguna manera, sus propuestas de reforma parecieron improvisadas, espontáneas o que se originaron por las múltiples presiones internacionales.
Al hacer memoria sobre la iniciativa de reforma al sector eléctrico, avanzada en 1999 por el entonces Presidente Zedillo, recordamos que esta fue rechazada en los ámbitos parlamentarios a causa de una postura fragmentada de su partido y por una oposición casi unánime de los diputados del PAN. Menos de dos años después, diseñada básicamente con los mismos elementos que la antecedente y esta vez apoyada incondicionalmente por su partido y sus diputados en el Congreso, la iniciativa del presidente Fox tampoco logró la aprobación. Todo indica que tal propuesta, la cual presuntamente contiene algunas expresiones de su política energética en materia de electricidad, tampoco podrá aplicarse en el tiempo que resta de su mandato.
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