JANET DE LUNA JIMÉNEZ
B. JORGE ALMARAZ CALDERÓN
Este fue un sexenio con importantes peculiaridades, la gran escisión interna del PRI, la llegada al poder de un presidente con una legalidad en duda y una legitimidad débil, por si fuera poco, este fue el último sexenio en el que el presidente gobernó con gobierno unificado, lo que en cierta parte facilitó la aprobación de sus iniciativas. Dada la importancia de las reformas que se trataron, debatieron y, en su caso, aprobaron en materia de democracia, de política exterior, y economía, entre otros, el apoyo del congreso no era suficiente.
En la difícil situación económica en la que el país se encontraba, el presidente en turno utilizó una gran parte de su capital político y de negociación para llevar al congreso, negociar y aprobar las reformas económicas que generaran mayor competitividad de la economía, así como desestatización de varias empresas y una mayor eficiencia de la economía. Pero, ¿porqué se apostó tanto a las reformas económicas?, consideramos, en primera instancia, que al encontrarse políticamente desacreditada la administración en curso, la necesidad de resultados visibles y palpables se convirtió en prioridad para el gobierno, era, quizá, la forma más práctica de legitimarse frente a la ciudadanía como un gobierno que ofrecía resultados.Sin embargo, ¿porqué para algunas reformas se buscó el apoyo unánime de las fuerzas políticas y en otras se hecho mano de la maquinaria partidista para aprobarlas?, ¿hubo fallas en el diseño de las reformas?, ¿qué problemas resolvieron las reformas?, ¿qué problemas generaron a la administración que le siguió?, ¿la situación política favoreció/empeoró el panorama para la aprobación de las reformas?Estas son algunas de las preguntas que el presente trabajo busca responder.
lunes, abril 11, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario