Brisna Beltrán y Roberto Martínez Barranco
Guryan, Jonathan, “Does money matter? Regression-Discontinuity estimates from education finance reform in Massachusetts”, NBER Working Paper, No. 8269 (Mayo de 2001)
Guryan realiza un estudio para determinar si un mayor gasto por estudiante produce que estos tengan un mejor desempeño. Lo hace evaluando la Massachusetts Education Reform Act de 1993 (MERA), que da dinero a los distritos que históricamente han tenido un gasto escolar menor. Concluye que existe evidencia de que esto es benéfico para los estudiantes de 4º grado, pero que no hay evidencia concluyente respecto a los estudiantes de 8º grado.
El estudio presenta algunas ventajas, en cuanto, divide a sus sujetos de estudio idiosincrásicamente, por grados, por requerimientos especiales, y por las diferentes pruebas (matemáticas, lectura, ciencias y estudios sociales). Sin embargo, consideramos que los coeficientes que encuentra significativos y robustos en el estudio de los alumnos de 4º, no tienen un efecto muy importante (el coeficiente más grande es .054).
Por otra parte, no logra explicar satisfactoriamente porque un aumento del gasto por alumno no tiene los mismos resultados en los alumnos de 8º grado. Él considera que se debe a que después de cierto grado ya no se puede aprender más, sin embargo, esto resulta ilógico si consideramos que hay quienes siguen estudiando. Aceptar esta hipótesis significaría aceptar que el resto de los años que estudien ya no aprenderán más.
Por otra parte, consideramos que un factor que quizá debió tomar en cuenta es la reputación escolar. Aunque ésta vaya muy relacionada con el gasto pues un mayor gasto podría representar una mejor educación impartida y. por tanto, una mejor reputación. Creemos que es importante porque una buena reputación puede atraer a buenos alumnos, mientras que una mala los ahuyenta, por lo que una mala escuela siempre tendrá puntajes bajos, y un rendimiento marginal mayor por cada dólar que se le invierta, que el que tendría una buena escuela.
También, consideramos que sería interesante desglosar a qué dedican las escuelas el dinero que da la MERA, pues podría ser que el gasto entre alumnos de 4º y 8º grado sea distinto, o bien que los de 8º requieran más cosas o más dinero para aprender algo, y este no ha sido suficiente (este aspecto no lo menciona).
Dos aspectos más que el autor no tomó en cuenta y consideramos importantes son el nivel óptimo de gasto escolar y el nivel óptimo de nivel académico. Ya que el exceso o el defecto en uno o ambos niveles puede tener efectos opuestos a los deseados. Las escuelas se pueden volver dispendiosas o bien no poder satisfacer los requerimientos de sus alumnos. Por otra parte, puede ser que los alumnos no alcancen el nivel impuesto por la escuela teniendo un pésimo desempeño, o bien, sea un nivel tan fácil que los alumnos no se sientan motivados y también tengan un bajo rendimiento.
Jacob, Brian A., “Accountability, Incentives and Behaviour: The Impact of High- Stakes Testing in the Chicago Public Schools”, NBER Working Paper, No. 8968 (junio de 2002).
Este paper es muy interesante y busca cuantificar los efectos que tendría introducir exámenes estandarizados a nivel nacional en la calidad educativa. El escrito habla de una política educativa adoptada en Estados Unidos y conocida como No Child Left Behind (NCLB) que busca incrementar la calidad educativa, la responsabilidad de los maestros y las escuelas en general ante los alumnos y padres de familia y brinda la oportunidad a los estudiantes de cambiarse de escuela si ésta no muestra signos de mejoría en su desempeño en los exámenes que se presentan en el tercer, sexto y octavo grado.
El autor detecta algunos problemas en los exámenes que se introducen y afirma que es difícil saber si en verdad aumenta la calidad educativa al introducir exámenes de opción múltiple en determinados grados para medir el desempeño estudiantil y la calidad educativa. Algunos problemas son los que ya todos conocemos, que muchas veces los exámenes dependen más del estado de ánimo de los estudiantes que de sus conocimientos, que los maestros sólo se enfocarán en dar a los alumnos las herramientas necesarias para aprobar el examen y que se dejarán de lado muchas áreas de interés al introducir sólo tests para matemáticas, ciencias naturales y lectura.
Brian A. Jacob hace un buen trabajo para demostrar que los exámenes de este tipo (High- Stakes Testing) mejoran conforme pasa el tiempo y que los exámenes de matemáticas son los que más tienden a mejorar. Sin embargo, Al final del paper el autor parece olvidar los problemas que encuentra en la introducción de exámenes estandarizados. La crítica más grande que haríamos es que el autor no logra conciliar los problemas que detecta en la capacidad de los exámenes para medir la calidad educativa y la aparente mejora que el afirma encontrar en el área de matemáticas.
Me parece que un examen estandarizado, como bien señala el autor, sirve para que las escuelas unifiquen sus programas y la educación se enfoque a ayudar al alumno a aprobar estas pruebas, pues así las escuelas ya no tienen la responsabilidad de dar clases especiales a niños con problemas, como lo propone la política de NCLB. Otro problema que detectamos es que al medir la calidad educativa con base en las matemáticas, las ciencias naturales y la lectura, se obliga a alumnos con otras aptitudes o intereses (música, historia,…) a concentrarse en materias que probablemente no son de su interés, pero que deben acreditar para poder dedicarse a sus áreas de interés.
El punto es que los exámenes estandarizados pueden ser útiles para mejorar el nivel de las escuelas que se encuentran por debajo de la media nacional, pero pueden traer consigo una baja en la calidad de las mejores escuelas, pues los incentivos cambian y lo más importante ya no es preparar a los alumnos lo mejor posible para la vida o la universidad, sino hacer que pasen un examen estandarizado con una alta puntuación. Creemos que lo que se logra al introducir exámenes estandarizados es igualar la calidad educativa mejorando a los peores y empeorando a los mejores y nos parece que sería mejor concentrarse únicamente en mejorar a los que están peor para elevar y no sólo igualar el nivel educativo.
Guryan realiza un estudio para determinar si un mayor gasto por estudiante produce que estos tengan un mejor desempeño. Lo hace evaluando la Massachusetts Education Reform Act de 1993 (MERA), que da dinero a los distritos que históricamente han tenido un gasto escolar menor. Concluye que existe evidencia de que esto es benéfico para los estudiantes de 4º grado, pero que no hay evidencia concluyente respecto a los estudiantes de 8º grado.
El estudio presenta algunas ventajas, en cuanto, divide a sus sujetos de estudio idiosincrásicamente, por grados, por requerimientos especiales, y por las diferentes pruebas (matemáticas, lectura, ciencias y estudios sociales). Sin embargo, consideramos que los coeficientes que encuentra significativos y robustos en el estudio de los alumnos de 4º, no tienen un efecto muy importante (el coeficiente más grande es .054).
Por otra parte, no logra explicar satisfactoriamente porque un aumento del gasto por alumno no tiene los mismos resultados en los alumnos de 8º grado. Él considera que se debe a que después de cierto grado ya no se puede aprender más, sin embargo, esto resulta ilógico si consideramos que hay quienes siguen estudiando. Aceptar esta hipótesis significaría aceptar que el resto de los años que estudien ya no aprenderán más.
Por otra parte, consideramos que un factor que quizá debió tomar en cuenta es la reputación escolar. Aunque ésta vaya muy relacionada con el gasto pues un mayor gasto podría representar una mejor educación impartida y. por tanto, una mejor reputación. Creemos que es importante porque una buena reputación puede atraer a buenos alumnos, mientras que una mala los ahuyenta, por lo que una mala escuela siempre tendrá puntajes bajos, y un rendimiento marginal mayor por cada dólar que se le invierta, que el que tendría una buena escuela.
También, consideramos que sería interesante desglosar a qué dedican las escuelas el dinero que da la MERA, pues podría ser que el gasto entre alumnos de 4º y 8º grado sea distinto, o bien que los de 8º requieran más cosas o más dinero para aprender algo, y este no ha sido suficiente (este aspecto no lo menciona).
Dos aspectos más que el autor no tomó en cuenta y consideramos importantes son el nivel óptimo de gasto escolar y el nivel óptimo de nivel académico. Ya que el exceso o el defecto en uno o ambos niveles puede tener efectos opuestos a los deseados. Las escuelas se pueden volver dispendiosas o bien no poder satisfacer los requerimientos de sus alumnos. Por otra parte, puede ser que los alumnos no alcancen el nivel impuesto por la escuela teniendo un pésimo desempeño, o bien, sea un nivel tan fácil que los alumnos no se sientan motivados y también tengan un bajo rendimiento.
Jacob, Brian A., “Accountability, Incentives and Behaviour: The Impact of High- Stakes Testing in the Chicago Public Schools”, NBER Working Paper, No. 8968 (junio de 2002).
Este paper es muy interesante y busca cuantificar los efectos que tendría introducir exámenes estandarizados a nivel nacional en la calidad educativa. El escrito habla de una política educativa adoptada en Estados Unidos y conocida como No Child Left Behind (NCLB) que busca incrementar la calidad educativa, la responsabilidad de los maestros y las escuelas en general ante los alumnos y padres de familia y brinda la oportunidad a los estudiantes de cambiarse de escuela si ésta no muestra signos de mejoría en su desempeño en los exámenes que se presentan en el tercer, sexto y octavo grado.
El autor detecta algunos problemas en los exámenes que se introducen y afirma que es difícil saber si en verdad aumenta la calidad educativa al introducir exámenes de opción múltiple en determinados grados para medir el desempeño estudiantil y la calidad educativa. Algunos problemas son los que ya todos conocemos, que muchas veces los exámenes dependen más del estado de ánimo de los estudiantes que de sus conocimientos, que los maestros sólo se enfocarán en dar a los alumnos las herramientas necesarias para aprobar el examen y que se dejarán de lado muchas áreas de interés al introducir sólo tests para matemáticas, ciencias naturales y lectura.
Brian A. Jacob hace un buen trabajo para demostrar que los exámenes de este tipo (High- Stakes Testing) mejoran conforme pasa el tiempo y que los exámenes de matemáticas son los que más tienden a mejorar. Sin embargo, Al final del paper el autor parece olvidar los problemas que encuentra en la introducción de exámenes estandarizados. La crítica más grande que haríamos es que el autor no logra conciliar los problemas que detecta en la capacidad de los exámenes para medir la calidad educativa y la aparente mejora que el afirma encontrar en el área de matemáticas.
Me parece que un examen estandarizado, como bien señala el autor, sirve para que las escuelas unifiquen sus programas y la educación se enfoque a ayudar al alumno a aprobar estas pruebas, pues así las escuelas ya no tienen la responsabilidad de dar clases especiales a niños con problemas, como lo propone la política de NCLB. Otro problema que detectamos es que al medir la calidad educativa con base en las matemáticas, las ciencias naturales y la lectura, se obliga a alumnos con otras aptitudes o intereses (música, historia,…) a concentrarse en materias que probablemente no son de su interés, pero que deben acreditar para poder dedicarse a sus áreas de interés.
El punto es que los exámenes estandarizados pueden ser útiles para mejorar el nivel de las escuelas que se encuentran por debajo de la media nacional, pero pueden traer consigo una baja en la calidad de las mejores escuelas, pues los incentivos cambian y lo más importante ya no es preparar a los alumnos lo mejor posible para la vida o la universidad, sino hacer que pasen un examen estandarizado con una alta puntuación. Creemos que lo que se logra al introducir exámenes estandarizados es igualar la calidad educativa mejorando a los peores y empeorando a los mejores y nos parece que sería mejor concentrarse únicamente en mejorar a los que están peor para elevar y no sólo igualar el nivel educativo.
1 comentario:
La primera crítica me parece que estuvo muy bien realizada. Analizan el contenido del trabajo y después realizan una crítica a su metodología, aplicandolo a su estudio.
En la segunda crítica, creo que quizá la hubiesen apegado más a lo que intentan analizar, pues sentí que sólo lo comentaron brevemente y sin hacer mucho hincapié.
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