Leonard Wantchekon, “The Paradox of Warlord Democracy: A Theoretical Investigation”, American Political Science Review, vol.98, no.1, febrero 2004, pp. 17-33.
El autor señala que con la teoría del bandido estacionario, Olson se sumó a teóricos como Hobbes, Maquiavelo y Huntington (entre otros), que afirmaron que el gobierno popular sólo puede surgir a partir de una previa autocracia o principado. Wantchekon argumenta que un régimen popular podría saltarse la etapa del “principado” y pasar directamente del conflicto oligárquico a una forma de gobierno popular, es decir, considera que es posible la creación de estados democráticos derivados directamente de un estado de anarquía. Para hacer esto propone una teoría de democratización posterior a una guerra civil basándose en la lógica de los juegos estratégicos. Los jugadores son los ciudadanos y dos facciones, las cuales están luchando por la supremacía del poder, pero el conflicto ha llegado a tal grado que la probabilidad de que cualquiera de las dos facciones gane es mínima por lo tanto, deciden firmar la paz y crear un nuevo gobierno. El juego tiene tres escenarios importantes: en el primero las dos facciones simultáneamente deciden llamar a un tercero que sirva de árbitro para la formación del nuevo gobierno, democratizar o mantener el status quo. Si las dos facciones se logran poner de acuerdo en la decisión, ésta se implementará. De lo contrario, se mantendrá el status quo. Si escogen a un tercero, éste escogerá a la facción que gobernará y proveerá a los ciudadanos de seguridad. Si escogen la democratización entonces se instaurará un sistema electoral en el cual los ciudadanos escogerán cuál de las facciones los debe gobernar. Después de analizar los posibles resultados en cada escenario, Wantchekon concluye que las facciones optarán por la democratización porque al final de cuentas maximizarán su utilidad esperada optando por ese escenario que por los otros. Me parece que, a pesar de que el autor afirma constantemente que está presentando una tesis alternativa al surgimiento del estado democrático, este artículo presenta una tesis muy parecida a la de Mancur Olson . Finalmente, ¿qué tan democrático puede ser el sistema electoral que instaurarán las facciones si sólo ellas pueden contender al gobierno del estado?
El autor señala que con la teoría del bandido estacionario, Olson se sumó a teóricos como Hobbes, Maquiavelo y Huntington (entre otros), que afirmaron que el gobierno popular sólo puede surgir a partir de una previa autocracia o principado. Wantchekon argumenta que un régimen popular podría saltarse la etapa del “principado” y pasar directamente del conflicto oligárquico a una forma de gobierno popular, es decir, considera que es posible la creación de estados democráticos derivados directamente de un estado de anarquía. Para hacer esto propone una teoría de democratización posterior a una guerra civil basándose en la lógica de los juegos estratégicos. Los jugadores son los ciudadanos y dos facciones, las cuales están luchando por la supremacía del poder, pero el conflicto ha llegado a tal grado que la probabilidad de que cualquiera de las dos facciones gane es mínima por lo tanto, deciden firmar la paz y crear un nuevo gobierno. El juego tiene tres escenarios importantes: en el primero las dos facciones simultáneamente deciden llamar a un tercero que sirva de árbitro para la formación del nuevo gobierno, democratizar o mantener el status quo. Si las dos facciones se logran poner de acuerdo en la decisión, ésta se implementará. De lo contrario, se mantendrá el status quo. Si escogen a un tercero, éste escogerá a la facción que gobernará y proveerá a los ciudadanos de seguridad. Si escogen la democratización entonces se instaurará un sistema electoral en el cual los ciudadanos escogerán cuál de las facciones los debe gobernar. Después de analizar los posibles resultados en cada escenario, Wantchekon concluye que las facciones optarán por la democratización porque al final de cuentas maximizarán su utilidad esperada optando por ese escenario que por los otros. Me parece que, a pesar de que el autor afirma constantemente que está presentando una tesis alternativa al surgimiento del estado democrático, este artículo presenta una tesis muy parecida a la de Mancur Olson . Finalmente, ¿qué tan democrático puede ser el sistema electoral que instaurarán las facciones si sólo ellas pueden contender al gobierno del estado?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario