miércoles, marzo 16, 2005

Evidencia en contra del Political Business Cycle

International and Domestic Constraints on Political Business Cycles in OECD Economies
William Roberts Clark; Usha Nair Reichert; Sandra Lynn Lomas; Kevin L. Parker
International Organization, Vol. 52, No. 1. (Winter, 1998), pp. 87-120.

Este artículo propone que los modelos del PBC están en su mayoría equivocados porque se olvidan de las restricciones institucionales nacionales e internacionales que hacen que los gobiernos nacionales no tengan autonomía en su política monetaria y fiscal. El primer constreñimiento nacional es un banco central relativamente independiente; esto hace casi imposible que el gobierno pueda tomar acciones que acaben dañando a la economía en el largo plazo (como por ejemplo el incremento de la inflación para disminuir el desempleo). Así, el gobierno sólo puede afectar la política fiscal. Sin embargo esto tampoco es posible en países en donde hay gran movilidad internacional de capital y un tipo de cambio fijo o cuasi-fijo, ya que cualquier intento de separar las tasas de interés nacionales de las internacionales dispararía una serie de flujos especulativos que en el largo plazo tendrían poca utilidad electoral para el gobierno en turno. Aún así, es posible alegar que en el corto plazo, si asumimos que el nivel de precios es constante (y el gobierno no tiene posibilidad de alterar la política monetaria) y el tipo de cambio es fijo, el alterar la política fiscal sería de hecho bastante efectivo para manipular la economía; entonces podríamos observar PBC’s. Sin embargo la evidencia muestra que, aún tomando en cuenta las preferencias oportunistas de los políticos y la miopía de los votantes, los países que cuentan con un tipo de cambio fijo, gran movilidad de capital, y un banco central independiente, tienen menos probabilidad de caer en PBC’s.

Political Surfing over Economic Waves: Parliamentary Election Timing in India
Abdur R. Chowdhury
American Journal of Political Science, Vol. 37, No. 4. (Nov., 1993), pp. 1100-1118.

Este artículo provee evidencia en contra del supuesto de que los gobiernos tratan de manipular la economía a su favor justo antes de las elecciones. Según el autor, estudiar a la India tiene varias ventajas: es un país en desarrollo, su sistema democrático fue instaurado hace relativamente poco (1947), y finalmente su sistema es parlamentario y por lo tanto las elecciones pueden ser determinadas endógenamente. El modelo que utiliza Chowdhury para verificar si efectivamente los políticos utilizan los instrumentos de política monetaria y fiscal a su favor es un sistema simultaneo de dos ecuaciones en donde la variable a explicar es el crecimiento del PIB y las variables que explican son tanto de tipo económico como no económico. Como variables económicas tenemos el gasto del gobierno, el precio del petróleo, la oferta de dinero, y las exportaciones. Como variables no económicas tenemos el porcentaje de asientos en la legislatura que tiene el partido, y dos variables dummies que nos indican sucesos históricos que afectaron a la India (el asesinato de Indira Gandhi y el ataque de China a la India). A pesar de que sí se observa un PBC en la India, los resultados de la regresión nos indican que la variable de las elecciones tiene poco impacto sobre el rendimiento económico (“economic output”). Más bien parece ser que las elecciones se ajustan al ciclo económico. El autor propone investigar si por lo menos dos años antes de las elecciones, las políticas del gobierno intentan manipular la política monetaria y/o fiscal a su favor. En conclusión, la evidencia sugiere que los políticos “montan” las olas de la economía, pero no las provocan.

The Interplay of Ideology and Advice in Economic Policy-Making: The Case of Political Business Cycles
M. Stephen Weatherford
The Journal of Politics, Vol. 49, No. 4. (Nov., 1987), pp. 925-952.

Este articulo reta los modelos de PBC's que le atribuyen a los partidos de izquierda y derecha un papel explicativo. El autor cree que las diferencias radican en las diferentes administraciones y no necesariamente en los diferentes partidos. Acepta que los PBC’s sí existen, pero como no hay una regularidad en ellos que se pueda observar empíricamente, propone como método alternativo observar las propiedades de las administraciones presidenciales que tuvieron como resultado PBC’s (en particular la de Nixon, y como contrafactual la de Eisenhower). En particular, propone analizar la ideología económica de la administración y la organización de la asesoría de la administración. Asume que hay ciertos costos políticos en manipular la economía con fines políticos (por lo tanto es necesario “disfrazar” estas manipulaciones), así como ciertos costos administrativos en implementar la política (coordinar a varias instituciones gubernamentales). Estos costos, así como los riesgos macroeconómicos de jugar con la política monetaria y/o fiscal, generalmente son conocidos por el grupo de asesores económicos del presidente. Es aquí donde la ideología del presidente tiene un papel crucial; es probable que si el presidente esté comprometido con ciertas políticas de largo plazo o tenga “aspiraciones distributivas”, le haga caso a sus asesores económicos y no corra el riesgo que implica jugar con la economía para fines políticos-electorales de corto plazo.

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