miércoles, marzo 16, 2005

Drazen (2000): "The Political Business Cycle after 25 years"

Resumen:
Drazen hace una revisión y asesoría crítica de la literatura, tanto de modelos oportunistas como partisanos para saber hasta qué punto los modelos explican las regularidades económicas empíricas basados en la manipulación de políticas monetarias. Las explicaciones basadas en políticas fiscales se conforman mucho más a la data y dan una base más fuerte para un modelo teórico más convincente de los efectos electorales en los resultados económicos. Así, Drazen propone un modelo AFPM (basado en el modelo de ciclos de presupuestos de Rogoff, pero incluyente de las políticas fiscales) en vez de los modelos oportunistas o partisanos PBC (political business cycles). Esto también se debe a que el ciclo electoral también depende de la interacción entre el político en funciones y el banco central independiente que puede ser presionado en contextos de shocks económicos.

Los primeros modelos de PBC (oportunistas y partisanos) se basaron en las políticas monetarias como fuerza promotora. Todos estos modelos se basan en una variante de un marco de tres ecuaciones básicas: objetivo del policymaker, relaciones entre cambios en las tasas de crecimiento económico y el cómo se forman las expectativas de la inflación. Suponen que la gente vota con base en variables económicas. Ejemplo de esto es el modelo oportunista de Nordhaus. Se le critica que asume que el presidente controla la política monetaria, que el modelo no encaja en los hechos institucionales, confía en la irracionalidad del votante y no da importancia a la política fiscal.
Un ejemplo de los modelos partisanos es el de Hibbs. Considera que el partido de derecha y el de izquierda tienen diferentes posiciones sobre problemas económicos y diferentes objetivos macroeconómicos. A estos modelos también se les critica que confían en las expectativas equivocadas sobre cuáles políticas deben tomarse para efectos reales.
Algunas de las regularidades económicas que se pueden ‘conceder’ a los modelos son que las condiciones económicas agregadas antes de una elección (como el crecimiento del ingreso) tienen un efecto significativo en los patrones de voto, que hay aumentos preelectorales en las tasas de crecimiento económico en muchos países y claros efectos partisanos en la actividad económica de Estados Unidos (sobre todo bajo administraciones demócratas en la primera mitad de sus mandatos).

Sin embargo, Drazen propone el modelo AFPM que en vez de considerar los efectos monetarios como la fuerza promotora de los PBC, los considera como efectos inducidos, debido a la autoridad monetaria que busca alterar los efectos fiscales. Por tanto el crecimiento económico en un modelo PBC de promoción monetaria debería ser expansionario y bajar las tasas de interés, mientras la expansión monetaria en el modelo AFPM, debería asociarse con tasas de interés estables. Otra predicción del modelo AFPM es que el crecimiento económico antes de una elección debería reflejar los impulsos fiscales. Además, para este modelo puede haber un ciclo electoral importante en los instrumentos de políticas (importante porque afecta los votos sin que haya implicaciones agregadas claras). Finalmente, el autor propone reconsiderar la forma en que abordamos los political business cycles. Concluye que los ciclos monetarios políticos son más el efecto de impulsos fiscales (pasivos), mientras la política fiscal es activa al tratar de influir en los resultados electorales.

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