El tema del financiamiento público es relevante no sólo por las cantidades implicadas, sino porque los partidos políticos se han vuelto la base del Estado democrático. De aquí surge la pregunta de si éste debe financiar a los partidos políticos o si éstos deben buscar sus propios recursos.
Los partidos políticos organizan la lucha por el poder; son el medio para agregar diferentes intereses en una sola identidad. Así que en nuestra Constitución, los partidos políticos se definen como entidades de interés público. Dado que sin su existencia no habría democracia, deber ser interés del Estado asegurarles los recursos suficientes y garantizar que cualquier partido que se forme tenga la oportunidad de llegar al poder. Además, de esta manera el Estado evita que los partidos caigan en manos de agentes de mercado o de grupos de interés como narcotraficantes. Esto no elimina la posibilidad del soborno, pero abre el camino a que los partidos políticos puedan vivir si eso.
sábado, enero 28, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Es cierto que los partidos políticos son una parte importante en la organización del estado democrático. Sin embargo, existen razones de peso para pensar que el financiamiento estatal puede contraponerse a los fines con los que es impuesto.
Una clara prueba de lo anterior es la situación de nuestro país. En México, el financiamiento ofrecido a los PP es tal y está tan mal regulado, que éstos en vez de convertirse en móviles de representación popular, terminan siendo utilizados por muchos como un medio sencillo para obtener ingresos. Actualmente, muchos buscan la oportunidad de formar o de pertenecer a un PP sólamente con esa intención, en vez de buscar el propósito con el que fueron concebidos: representar los diversos intereses de la sociedad.
Puede que el problema radique más en la regulación (por ejemplo, en las cantidades otorgadas y en el mal uso de éstas) que en el concepto, pero aún así, puede argumentarse que la organización y el mantenimiento de los PP es el verdadero trabajo de sus integrantes, ya que sus obligaciones con el partido, terminan cuando inicia la administración pública.
Quiero agregar que si bien es difícil saber los fines últimos para la creación de los partidos, la legislación mexicana establece que para poder conformarse como PP deben de provenir de organizaciones civiles y tienen ciertos lineamientos que cumplir. En este sentido tal vez sea este rubro el que debería fortalecerse en México, que los lineamientos para las organizaciones civiles estén más enfocados a probar que estas orgs tengan vidas políticas productivas varios años antes de poder consolidarse como partido político.
Publicar un comentario