miércoles, febrero 08, 2006

Contra-Olson

En “The Divided Legacy of Mancur Olson”, Iain Malean (British Journal of Political Science, Vol. 30, No. 4. (Oct., 2000), pp. 651-668.) realiza una crítica interesante al modelo olsoniano, al modelo del bandido estacionario. MClean afirma que el modelo olsoniano no explica por qué los bandidos existen, “they are just big guys with big clubs”. Pero que lo importante no sería esa omisión, sino el hecho de que no explica el nacimiento de las constituciones. Incluso McLean va más allá en su crítica. Cuestiona que la tradición del rational-choice evade explicar a detalle la formación de las constituciones: “Writers of this school are fond of pointing out how cleverly James Madison and others framers wrote and incentive-compatible constitution for the United States”. Que ni Olson ni la elección racional explican por qué Madison actuó de esa forma en la elaboración de la constitución norteamericana: “Constitucional political economists can explain why what Madison[…] did was wealth-creating and market-augmenting. They cannot explain why they did it[…] There must always be room for a Weber who can give plausible interpretative explanations.”
No estoy de acuerdo con el autor, creo que simplemente no entiende el enfoque olsoniano en particular, y de la elección racional en general. No entiende que derivado del monopolio de los bandidos estacionarios habrá certidumbre, con lo cual esa sociedad podrá ponerse a trabajar y a producir: habrá incentivos para producir bienes públicos. No entiende la naturaleza de la interacción entre el monopolio de la fuerza –el naciente Estado- y la sociedad: mientras unos producen, el naciente Estado protege y acumula un porcentaje de la producción.
Además, el autor no logra comprender el enfoque de la elección racional en la elaboración de las constituciones. No entiende, por ejemplo, a Russell Hardin (“Why a Constitution?”). Las Constituciones son un equilibrio, una regla informal. Las reglas informales son convenciones que generan costos para quien las incumpla. Su cumplimiento se relaciona con la conducta colectiva/mayoritaria: hay más incentivos a seguirlas si la mayoría lo hace. Por ejemplo, los estados norteamericanos que no rectificaban la Constitución de EUA, la apoyaron cuando todos la apoyaron. Una Constitución es una convención, no es un contrato: es preferible tenerla a no tener nada. Mediante las reglas informales se generan expectativas estables del comportamiento de los demás, y se resuelven problemas de coordinación.

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