lunes, mayo 09, 2005

RL.- Evaluación de políticas antidrogas

Tania Hernández
Rodrigo Hernández

Young, Stephen, Maximizing Harm, Losers and Winners in the Drug War, Writer's Showcase (presented by Writer's Digest), New York, 2000

La principal hipótesis del libro es: la actual políticas anti-drogas crea un gran martillo de la justicia y aplasta a los criminales, pero el problema es que cuando aplasta se esparcen los residuos alrededor. El autor se enfoca en buscar esos residuos, todos los efectos secundarios.
El autor repasa estadísticas y testimonios, al mas puro estilo de noticiero policiaco, dando fe de los efectos secundarios de la “guerra contra las drogas”. Utiliza irónicamente este slogan para burlarse de los pésimos resultados de la política anti-drogas.
El libro observa el problema desde varias perspectivas. La primera son los pésimos resultados de estas políticas con estadísticas de consumo, arrestos, gasto gubernamental, muertes por consumo de drogas y demostraciones del efecto sustitución que ocurre cuando una droga es prohibida en dirección al alcohol y el tabaco. También muestra la ridícula cifra de gasto gubernamental en esta “guerra”: $37 billones de dólares, $19 federales
En el segundo capitulo repasa las violaciones a derechos fundamentales en nombre de la “guerra contra las drogas”. Aquí el autor arroja una serie de casos de personas que fueron asesinadas, abusadas, arrestadas, confiscadas y que resultaron inocentes. Hace un poco mas de estadística descriptiva al contabilizar los fallos de la Suprema Corte que violan sistemáticamente garantías constitucionales de los ciudadanos. Un punto muy interesante que repasa en este capitulo es el origen de las leyes antidrogas, estas tiene su origen en el control a minorías de inmigrantes: chinos-opio, cocaína-negros, marihuana-mexicanos y como estas leyes siguen afectando hoy a los mismos grupos étnicos. Los estereotipos raciales generados por los medios juegan un papel importante en esto.
En el tercer capitulo analiza quienes se benefician de la “guerra contra las drogas” y arroja más cifras sobre gasto militar. Aquí surge el interesante punto del lobby antidrogas liderado por las industrias del alcohol y el tabaco con importantes donaciones a grupos antidrogas. También muestra la corrupción en que han caído los cuerpos policíacos en su exposición a una guerra directa.
En el cuarto capitulo es el que más ideas nuevas propone. Muestra como este problema es creado por información asimétrica entre los ciudadanos y los policymakers. Arroja más estadísticas de la cantidad de mentiras que los políticos dicen, la cantidad de cobertura de los medios para ahcerlo compara las declaraciones de los zres antidrogas y presidentes que contradicen los reportes de la misma DEA y FBI.
Por ultimo el autor pretende motivar al lector diciendo que es una lucha de los individuos en contra de un gobierno corrupto, vil y estúpido. El autor apela a defender las garantías constitucionales y a recuperar la paz y terminar esta “guerra contra las drogas”. Da ejemplos de políticos y ONGs que luchan por la eliminación de las políticas antidrogas.
El libro es muy ilustrativo, muy bueno para todo aquel que quiera realizar un primer acercamiento al problema, pero es poco profundo y acaba siendo un folleto informativo bien realizado.


Becker, Gary and Kevin Murphy, "A Theory of Rational Adiction", Journal of Political Economy, August, 1988, 675-700

En este paper, los autores desarrollan una teoría sobre la “adicción racional”, teoría en la cual la racionalidad implica un plan consistente para maximizar la utilidad a través del tiempo. Así mismo, se considera a un bien potencialmente adictivo cuando el consumo pasado aumenta el consumo actual. Esta teoría se contrapone a la creencia común de que una adicción no es algo racional en sí. Así, una fuerte adicción a un bien requiere de un gran efecto del consumo pasado del bien sobre el consumo actual. Esta complementariedad hace que algunos equilibrios de consumo sean inestables. Esto es importante porque pequeñas desviaciones en el consumo en dichos equilibrios puede desembocar en una creciente adicción o en abstencionismo.
Un punto importante es que un bien puede ser adictivo para algunas personas pero no para otras; esto depende de la función de utilidad que tengan y de la manera en que valúan el presente versus el futuro. El análisis parece indicar que los individuos que valoran más el presente son potencialmente más adictos a bienes dañinos que los individuos que le dan más peso al futuro. La razón de esto, dicen los autores, es que un incremento en el consumo pasado crea un incremento pequeño en el precio total cuando el futuro tiene una tasa mayor de descuento.
Si bien este paper se refiera a adicciones en general, tales como al alcohol, el cigarro y el juego, por citar algunas, el razonamiento utilizado también es aplicable al uso de drogas, y por ello creemos que será útil en nuestra investigación. Un aspecto muy importante de esta investigación es que muestra que si bien la demanda a corto plazo de bienes adictivos pareciera ser muy inelástica, a largo plazo se hace más elástica. Con esto quedaría demostrado que un cambio en el precio del bien en cuestión, producto por ejemplo de la legalización, traería un incremento en el consumo de dicho bien. Entonces, si aplicamos el análisis hecho a las drogas, es de esperarse que la legalización de éstas se vea reflejada en un aumento en el consumo. Este argumento es uno de los más utilizados por aquellos que se oponen a la legalización de las drogas. De acuerdo con el paper de Becker y Murphy, su argumento es válido.
Ahora bien, un punto que queremos recalcar es que si bien una permanente reducción en el precio de las drogas es combinada con, digamos, esfuerzos para educar a la población acerca de los efectos tanto positivos como negativos que puede traer el consumo de drogas, el efecto final no necesariamente sería un incremento brutal en el consumo. Además, queda todavía por probarse cuál es la elasticidad de bienes tales como la marihuana, y si además estos bienes son vistos como complementarios de otros, tales como el alcohol y el tabaco. Así, puede que de entrada lo que implicaría un aumento en el consumo de un bien implique también la reducción del consumo de otro. Quedaría entonces por evaluar qué es preferible en términos de salud pública.

No hay comentarios.: